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Alista Stephanie Vaquer, su estreno rudo con público en la arena

Será este viernes, cuando unida a Dallys, se midan con Marcela y Princesa Sugehit

Dallys y Stephanie Vaquer las une algo más que las rudezas. De hecho, eso es algo nuevo para la segunda, quien hasta hace no mucho era de las bien portadas en el ring. Pero al hacer equipo hicieron click de forma instantánea y hoy lucen como una pareja sólida, que no pudo hacerse de los cinturones nacionales de parejas hace unos días, pero que tiene en la mente más de un objetivo.

«Cuando hace click es muy importante, ella (Vaquer) tiene muchas ganas. La conozco de antes, es mi ahijada, pero estar en la esquina ruda no es fácil, hay que lograr una conexión con el público, con ella me siento bien, le gusta escuchar y vamos a seguir por muchas cosas muy grandes. Campeonatos, cabelleras, lo que venga», advierte la panameña Dallys.

 

Más allá de la amistad con Vaquer, reconoce en ella a una luchadora con hambre. «Es de la  nueva generación que tampoco se quiere quedar ahí. El ring, te lo comes o te va a comer a ti. Aquí tienes que ser diferente, ella trae movimientos de otras disciplinas que la hacen sobresalir y puede llegar muy lejos».

Un camino que apenas empieza a andar la sudamericana, pero en el que no piensa buscar ningún atajo ni eludir obstáculos. «Llevo muy poco tiempo en la esquina ruda y ella (Dallys) es una muy buena guía, sabe cómo manejar ese rol. Además la combinación de fuerza y técnica nos ayuda a estar fuertes».

Este viernes, en dupla con Dallys, enfrentarán a las experimentadas Marcela y Princesa Sugehit, un reto que la tiene alerta. «Estoy muy emocionada porque es una lucha muy grande, ya enfrenté en mano a mano a Marcela y Sugehit es campeona».

 

Aunque hay algo que la inquieta, será la primera vez que los aficionados observen su lado malvado. «Tengo una sensación un poco extraña. La última vez era técnica, estoy ansiosa por ver cómo es la reacción. A mi me sorprendió que me cambiaran de bando y la que me motivó a hacerlo fue Dallys. Ella es mi guía, así que tenerla en mi esquina es una ventaja, porque además nos acoplamos muy bien como pareja».

Y es que sí, tienen mucho en común. «Me identifico mucho con ella, nací en un país donde no hay lucha libre profesional, así que venir a un país con tradición fue un desafío. Empecé en esto a los 20 años y ella es un ejemplo y motivación para lograr mi sueño. No pude tener mejor pareja para intentarlo».